dimecres, 29 de juny del 2016

"Anatomía de la luciérnaga", de Carlos Santos Nieto


Llega a mi casa lo que parece un poemario, en una edición algo maquetera, sin conocer ni lo más mínimo al autor. Abrirlo y empezar a deambular por esta colección de cuadros oníricos y pesadillas, basadas, según la contraportada, en "Las flores del mal". Poemas en prosa, bien trabados, como puñetazos de niebla: descubrir que el autor es aficionado al boxeo. ¿Qué debe pasar en este país que la poesía escrita por un boxeador (Arthur Cravan era boxeador, según me contó Eduardo Moga, y también el poeta puertorriqueño Juan Manuel González Ríos lo es) me interesa más que mucho de lo que publican algunos consagrados?
Precisión, potencia, exploración de los sueños a través de un lenguaje que no es el habitual surrealista, sino que apela más bien a los grabados que suelen acompañar a las ediciones de Dante. Aires de ultratumba, romanticismo negro. Los símbolos universales (la libélula, la noche, la ventana, la nieve), revisitados con rigor, reactivados, remozados, limpios, tersos. Tópicos masculinizados. Lucidez y alucinación. Músculo y halo unidos. Un autor, este, con mentalidad de búho. Todo claro, es decir, oscuro, y atravesado por luces inquietantes. Prosemas bien resueltos, sin alardes. Directos al maxilar.
Tensión entre el cuerpo y su proceso de borrado: "Alguna vez pensé que te mataría; pensé que lo haría al abrazarte con toda la fuerza que me negaban las palabras, y toda esa fuerza se desvanecía al verte sumergirte en la realidad más allá de mis manos".
¡Extraña mezcla de instinto erótico-homicida y delicadeza! La inocencia de la maldad, la perplejidad de la pasión. El poeta como un niño desorientado que se curte con la gimnasia emocional.
Aaaah, luego se aclara todo: Carlos Santos es bibliotecario, trabajó en la Biblioteca Nacional. Me pregunto si frecuentaba la sala de Manuscritos y raros, si mangó algún original de Gustavo Doré que ahora decora su dormitorio. Desde luego aquí hay mucho de Poe, incluso de Novalis. ¿Qué más se puede pedir? Bien, recomendarle que siga por este tenebroso sendero: auscultará su propia pasión, y espero recibir otra vez sus frutos de ultratumba en mi casa.
Mi enhorabuena sincera.